Una pared, esa simple superficie de una estancia, puede convertirse en una atractiva invitación para juegos y diversión, así se transforma un dormitorio infantil en un espacio alegre y con mucha personalidad.
Una pared pintada de negro, puede convertirse en una gran pizarra que permita dibujar, estudiar y divertirse a los peques de la casa.
La pintura de pizarra o chalk paint, es toda una tendencia y podríamos aplicarla a esos espacios de la casa donde los niños juegan, para crear una zona versátil en la que puedan liberar su imaginación y compartir juegos.
Un muro de acento, un zócalo, o dos paredes, son diferentes alternativas para cambiar el color de una habitación de niños, aplicando una pintura que transforme esas paredes en amplios paneles decorativos.
Foto Decoracion: comodoosinteriores