El blanco se adecua a cualquier estancia, es una apuesta cromática que además se puede aplicar en todos los estilos de decoración, y que abre un amplio juego de combinaciones con otras gamas de colores. Aplicando el blanco como el protagonista de una habitación, es posible lograr una atmósfera de total tranquilidad y calma.
Si apuestas al blanco total para la decoración de tu dormitorio, verás que fácil es actualizar el ambiente con solo incorporar o cambiar los accesorios decorativos y complementos, los que aporten pinceladas de tonos contrastantes, nuevas texturas o incluso recursos de iluminación.
Un dormitorio en el que destaca el blanco como el principal elemento de la paleta, se convertirá en un espacio relajante, claro y luminoso. Esta es una opción ideal para cuando se trata de habitaciones pequeñas, pues el blanco ayuda a crear una sensación de mayor amplitud y luminosidad.
A un interior en el que predomina el blanco, unos toques de color le aportarán dinámica, y puedes elegir desde lámparas o hasta la ropa de cama como los puntos de interés que añadan ese colorido especial. Recurrir a las diferentes capaz de blanco, es decir, sus diferentes matices, también es otra forma de dinamizar un ambiente, así como también incorporando textiles o materiales que permitan crear un juego de texturas atractivo, que rompa con la frialdad del blanco absoluto.
Para sumar calidez a un dormitorio blanco puedes vestir la cama con diferentes mantas, edredones y colchas, que combinen distintos matices de blanco u otras gamas de colores neutros. También los cojines harán un aporte interesante de texturas y son perfectos para darle personalidad a este ambiente.
Foto Decoracion: tres-studio